Ayer estuve tomando una cerveza en uno de esos sitios de nuestro pueblo donde te topas con la realidad de la crisis en la cual estamos inmerso. Si uno escucha, entiendes que las cifras de paro de nuestro país, de nuestro pueblo, no son números abstractos, son tragedias con actores de la vida real. Si tienes conciencia social, si verdaderamente te importan los más débiles te deprimes porque hoy son ellos pero mañana puedes ser tú el actor de uno de esos dramas. Alguien comentaba como llevaba tres meses sin pagar la hipoteca, ni la comunidad y que sólo podía alimentar a su familia con lo poco que conseguía con sus chapuzas. Escuché como casi lo había salvado de la tragedia un contrato de obras que durante tres meses ha disfrutado en el Ayuntamiento de nuestro pueblo, que gracias a ese pequeño contrato podría conseguir ahora la ayuda familiar, esperando que la situación se mejorase. ¿Pensará este conciudadano nuestro que está mal contratar por tan poco período?¿Creerá que los contratos son votos comprados?. Creo que no.
Cuento esta anécdota porque realmente me afectó, me hizo meditar sobre las políticas sociales que se han puesto en marcha en este país y que tan ferozmente se critican desde las fuerzas conservadoras. Hoy en día, en esta ola de neoliberalismo, en la cual se nos dictan que los convenios colectivos deben de estar regidos por palabras como competitividad, rentabilidad y que hay que frenar el gasto público se olvidan que las mayores partidas de los presupuestos se destinan a gastos sociales, a intentar remediar esas tragedias humanas. Es muy fácil abstraerse de la realidad y pensar que la política es de los políticos y no de la sociedad. Pero la única solución que nos queda a los ciudadanos es decidir que modelo de sociedad queremos y eso lo tenemos que encauzar con nuestros votos. Desde que este país consiguió ser democrático se han conseguido muchos avances que antes eran sólo privilegios de unos pocos. Así, cualquiera puede tener una licenciatura independientemente de la situación económica, aunque ahora que se consiguió este logro para el pueblo, para los más desfavorecidos, los de siempre piensen que lo importante es hacer un master en alguna ciudad americana, sólo al alcance de los poderosos de siempre. La otra gran conquista fue nuestro sistema sanitario que nos permite tener todos las mejores atenciones, los mejores cuidados posibles, tengamos recursos o no. Pero eso cuesta dinero a esta sociedad que se le embauca con un falso discurso de ahorro. ¿Ahorrar de dónde?¿Bajar impuestos a quién?
Pedir que los conservadores, que la derecha española aumente las prestaciones en materia de desempleo, de inversiones en el sector público o que sociabilicen más la educación o la sanidad es simplemente una utopía, una entelequia, una quimera en la que no debemos caer.
Gracias a todos los que hacéis posible que esta persona y su familia puedan seguir tirando unos meses más, seguro que ellos no pensarán que se compran voluntades. Yo y muchos como yo no pensamos que contratar a gente en emergencia social sea un acto electoral sino una prueba de la sensibilidad y la concordancia con los graves problemas que nos afectan. No todos los que escribimos en internet pensamos de la misma forma.
Isidoro
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